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jueves, 23 de julio de 2020

Merideños Ilustres




Merideños Ilustres 


Merideños Destacados
 Mérida por su Historia y su ubicación geográfica, enclavada en los Paramos Andinos hizo de ella una Ciudad Cosmopolita un lugar único Ciudad de letras, Ciudad Universitaria por excelencia un sitio dónde se respira Aromas Culturales Sabores literarios Científicos y Deportivos dónde la expresión Humana va más allá y los Sueños se hacen realidad. No solo en las áreas antes mencionadas sino en diferentes Campos como el Humanístico, Científico, Deportivo, Artesanal y Cultural.
En este espacio haremos una Reseña Histórica Biográfica de Merideños Importantes haciendo Homenaje y Resaltando los hechos más trascendentes de cada uno de ellos tratando de Compilar en la línea de tiempo a cada uno según su área sus aportes entre las Curiosidades que son un legado para la Humanidad y son referencia para a Identidad Merideña.
Es necesario acotar que algunos de ellos son Merideños por Excelencia aunque geográficamente no han nacido en Nuestro Estado se trasladaron a ella y han hecho de Mérida su Ciudad Natal siendo Merideños de Alma Cuerpo y Corazón.

Don Tulio Frebres Cordero

Personas Resaltantes de Estado Mérida

Tulio Febres Cordero (1860-1938), Gonzalo Picón Febres (1860-1918), Julio Cesar Salas (1870-1933),  Pedro María Parra (1870-1945), Gerónimo Maldonado (1786-1913), Julio Sardi (1880-1961), Caracciolo Parra Pérez (1888-1964), Eduardo Picón Lares (1889-1960), Humberto Tejera (1890-1971), Roberto Picón Lares (1891-1950), José Berti (1891-1960) Emilio Menotti Sposito (1891-1951), Claudio Vivas (1891-1956), José Nucete Sardi (1897-1972), Rafael Rondón Márquez (1898-1963), Alberto Adriani (1898-1963), José Ignacio Lares Baralt, Héctor García Chuecos (1900-1973), Antonio Spinetti Dini (1900-1941), Mariano Picon Salas (1901-1965), Jose Humberto Quintero, Don Jorge Calderón, Rafael Pizani, Pedro Pineda León, Rafael Armando Rojas, Domingo Alberto Rangel, Julio Enrique Mora, Isabel Ribas, Manuel Mujica Millan, Oswaldo Vigas, Juan Astorga Anta, Maurice Hasson, Antonio José Uzcategui, Carlos Salas Salas, Luis Zambrano, Edecio de Jesus Molina Duran, Juan Félix Sánchez, Román Delgado Chalbaud, Richard Páez, Chuy Vera, Rubert Moran, Edwin Valero, Johan Santana, Stefania Fernandez, Kaori Flores Yonekura, Adalberto Peñaranda, Diógenes Rivas, Gregori Zambrano. Estos son solo algunos de los Merideños Destacados e Ilustres del Estado Mérida es preciso señalar que haremos una entrada especial o Capitulo a los Futbolistas Merideños que se están destacando en diversos Clubes en el Mundo Entero. También tendremos a otros Destacados Merideños que por tener poca Información sobre ellos acotaremos solo las cosas más resaltantes.


Don Tulio Frebres Cordero
Tulio Febres Cordero (1860-1938). Periodista, Abogado.escritor. historiador,, mecanico, tipografo, encuadernador, zapatero, relojero entte otros oficios. El suelo nativo lo lleno totalmente; jamas salio de el salvo para realizar un viaje furtivo a Caracas. Defendio con pasion las constumbres Venezolanas e insistio en la necesidad de mantener y fomentar una cultura propia.
Con el Lapiz, uno de sus periodicos que funda a fines del siglo XIX, se convierte en maestro publico de historia, gramatica, deleitando a sus lectores al escribir con igual sencilles y aminidad de los favores que presta la silla de suela como en las facultades de los gobernadores provinciales.

"El espiritu de un verdadero Nacionalista de Don  Tulio deja sentir hasta sus estudios linguisticos. Y no puede ser de otra manera una persona que practico toda su vida una tica ejemplar, que predico hasta el cansancio el respeto a las mas puras y sanas tradiciones e instituciones" (Cardozo Lubio, en presentacion de Pajinas Sueltas p. 11.)

Suextensa obra, que gira fundamentalmente alrededor de la region Merideña, esta mayoritariamente agrupada en una coleccion intitulada Archivo de Historia y Variedades. Ella contiene estudio sobre los aborigenes de los Andes Venezolanos; historia Colonial, e infinidad de ensayos sobre multiples tópicos. Tiene tambien una novela de Caracter Juvenil que es sin duda autobiegrafica: Memorias de un Muchacho, Don Quijote en america, Paginas Sultas. (Burguera Magali, Historia del Estado Merida p.183).

Venado de Cola Blanca
 Esta especie se distribuye en el norte de América del Sur, siendo endémica del oeste de Venezuela, habitando en los páramos más elevados de los Andes del estado de Mérida, restringiéndose a las sierras de La Culata y Nevada, en la región central de la cordillera de Mérida.
Además, fueron exhumados restos en un yacimiento arqueológico ubicado a una altitud de 4100 msnm.
Este taxón fue descrito originalmente en el año 1914 por el zoólogo estadounidense Wilfred Hudson Osgood.
Durante décadas fue considerado sólo una subespecie del venado de cola blanca común (Odocoileus virginianus ), es decir: Odocoileus virginianus lasiotis, hasta que en el año 1999 fue elevado a especie plena.
Cabrera había sinonimizado este taxón con Odocoileus goudotii, pues pensaba que no había aislamiento genético entre ambas, al creer erróneamente que la cordillera de Mérida se trata de una prolongación hacia el este y con alturas continuas, de la cordillera oriental de Colombia. En realidad, las especies que habitan los páramos de ambos cordones orográficos han vivido siempre separados, aun durante los máximos glaciares, pues entre ambos ecosistemas de altura se interpone la hondonada conocida como depresión tectónica del Táchira, compuesta por una serie de valles que operan como un corredor, el que mide 60 km de ancho y 960 m de altitud.
O. lasiotis se ha mantenido aislado de O. cariacou por al menos un mínimo de unos 350 000 años, según se desprende de formulaciones de escenarios paleobiogeográficos concordantes con datos genéticos, morfológicos, arqueológicos y paleontológicos.(Fuente:https://es.wikipedia.org/wiki/Odocoileus_lasiotis)
JR Ferrer Paris - Venado de cola blanca, sur flickrVenado_de_cola_blanca_en_el_páramo_de_Mucubají_

Entremes Cultural

Cinco Aguilas Blancas volaban un día por el azul del firmamento, cinco águilas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes producían sombras errantes sobre los cerros y montañas.
¿Venían del Norte? ¿Venían del Sur? La tradición indígena solo dice que las cinco águilas blancas vinieron del cielo estrellado en una época muy remota.
Eran aquellos los días de Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los Indios Mirripuyes, habitantes del Ande empinado.
Era hija del ardiente Zuhé y la pálida Chía; y remedaba el canto de los pájaros, corría ligera sobre el césped como el agua cristalina y jugaba como el viento con las flores y los árboles.
Caribay vio volar por el cielo las enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban con la luz del sol como láminas de plata; y quiso adornar so coraza con tan raro y espléndido plumaje. Corría sin descanso tras las sombras errantes que las aves dibujaban en el suelo; salvó los profundos valles; subió a un monte y a otro monte; llegó al fin, fatigada a la cumbre solitaria de las montañas andinas. Las palmas lejanas e inmensas, se divisaban por un lado, y por el otro, una escalada ciclópea, jaspeada de gris y esmeralda, la escalada que forman los montes iba por la onda azul del Coquivacoa.
Las águilas blancas se levantaron perpendicularmente sobre aquella altura hasta perderse en el espacio. No se dibujaron más sus sombras sobre la tierra.
Entonces Caribay paso de un risco a otro risco por las escarpadas sierra, regando el suelo con sus lágrimas. Invocó a Zuhé, astro Rey, y el viento se llevó sus voces. Las águilas se habían perdido de vista, y el sol se hundía en el ocaso.
Aterida de frío, volvió sus ojos al Oriente, invocó a Chía, la pálida luna, y al punto se de tuvo el viento para hacer silencio. Brillaron las estrellas, y su vago resplandor en forma de semicírculo se dibujó en el horizonte.
Caribay rompió el augusto silencio de los páramos con un grito de admiración. La luna había aparecido, y en torno a ella volaban las cinco águilas refulgentes y fantásticas.
Y en tanto que las águilas descendía majestuosamente, el genio de los bosques aromáticos, la india mitológica de Los ande, moduló dulcemente sobre la altura su selvático cantar.
Las misteriosas aves revoloteaban por encima d4e las crestas desnudas de la cordillera, y se asentaron al fin, cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca; y se quedaron inmóviles, silentes, con las cabezas vueltas hacia el Norte, extendidas las gigantescas alas en actitud de remontarse nuevamente al firmamento azul.
Caribay quería adornar su coraza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas para arrancarle las codiciadas plumas, pero un frío glaciar entumeció sus manos, las águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo.
Caribay da un grito de espanto y huye despavorida. Las águilas blancas eran un misterio pavoroso.
La luna se oscurece de pronto, golpea el huracán con siniestro ruido los desnudos peñascos, y las águilas blancas despiertan.
Erizanse furiosas y, a medida que se sacuden sus monstruosas alas, el suelo se cubre de copos de nieve y la montaña toda se engalana con su plumaje blanco.
Este es el origen fabuloso de las Sierras Nevadas de Mérida. Las cinco águilas blancas de la tradición indígena son los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furioso despertar de4 las águilas, y el silbido del viento en esos días de páramo es el remedo del canto triste y monótono de Caribay, el mito hermoso de los Andes de Venezuela.

Tulio Febres Cordero

Foto:@ESPASAMERIDA